al amanecer, en el portal,
mientras esperábamos
la salida del sol
y veíamos pasar los carros.
Siset: ¿No ves la estaca
a la que estamos todos atados?
Si no conseguimos
liberarnos de ella
nunca podremos andar.
Si tiramos fuerte, la haremos caer.
Ya no puede durar mucho tiempo.
Seguro que cae, cae, cae,
pues debe estar ya bien podrida.
Si yo tiro fuerte por aquí,
y tú tiras fuerte por allí,
seguro que cae, cae, cae,
y podremos liberarnos.
¡ Pero, ha pasado tanto tiempo así !
Las manos se me están desollando,
y en cuanto abandono un instante,
se hace más gruesa y más grande.
Ya sé que está podrida,
pero es que, Siset, pesa tanto,
que a veces me abandonan
las fuerzas.
Repíteme tu canción.
Si tiramos fuerte ...
Si yo tiro fuerte por aquí ...
El viejo Siset ya no dice nada;
se lo llevó un mal viento.
- él sabe hacia donde -,
mientras yo continúo
bajo el portal.
Y cuando pasan
los nuevos muchachos,
alzo la voz para cantar
el último canto
que él me enseñó.
Si tiramos fuerte ...
Si yo tiro fuerte por aquí,
y tú tiras fuerte por allí,
seguro que cae, cae, cae,
y podremos liberarnos.
pero es que, Siset, pesa tanto,
que a veces me abandonan
las fuerzas.
Repíteme tu canción.
Si tiramos fuerte ...
Si yo tiro fuerte por aquí ...
El viejo Siset ya no dice nada;
se lo llevó un mal viento.
- él sabe hacia donde -,
mientras yo continúo
bajo el portal.
Y cuando pasan
los nuevos muchachos,
alzo la voz para cantar
el último canto
que él me enseñó.
Si tiramos fuerte ...
Si yo tiro fuerte por aquí,
y tú tiras fuerte por allí,
seguro que cae, cae, cae,
y podremos liberarnos.